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Rabietas en bebés: ¿Cómo acabar con las rabietas, mordiscos y golpes?

Rabietas en bebés

Vamos a contaros un caso hipotético que es más común de lo que parece:

Susana llega corriendo, como casi todos los días, a la guardería de su peque. Cuando entra en el aula, la profe de su hijo se dirige a ella muy seria y le dice: Susana, tenemos que hablar, Javi ha vuelto a pegar a sus compañeros y los padres están muy molestos. Ya son varias veces y las quejas están empezando a ser bastante serias. Y Susana piensa: ¡Oh, no!, otra vez no. Ya no sé qué hacer.

Es muy probable que alguna vez os hayáis visto en una situación parecida, que os surjan dudas y que necesitéis consejos para enfrentaros a ella de la forma más adecuada. Hoy, en Suavinex, vamos a resolver algunas de estas cuestiones.

¿Es normal que los niños peguen?

Esta es una pregunta de lo más habitual. Incluso en familias en las que jamás se hace ni amago de levantar una mano contra nadie, los bebés pueden exhibir esta clase de agresividad.

Pegar o morder son conductas normales entre los 18 meses y los 2/3 años. Todavía no dominan suficientemente el lenguaje como para expresar lo que sienten o lo que quieren, tienen poco control sobre sí mismos, son bastante impacientes y poco tolerantes a la frustración. Quieren un juguete, cómo un muñeco para bebé, que les hagan caso, solicitan mimos o están enfadados y no saben manejarlo. Hasta aquí entra dentro de lo normal, todos los niños lo hacen alguna vez.

Como padres y madres, deberíais empezar a preocuparos sólo si:

  • La conducta se da de forma muy seguida.
  • No se trata de rabietas sino de conductas excesivamente violentas.
  • El niño ya tiene más de 3 años y debería empezar a usar un nivel de lenguaje más completo y no recurrir a este tipo de comportamientos.

Pegar o morder son conductas normales entre los 18 meses y los 2/3 años.

¿Qué significan los berrinches y rabietas?

Las rabietas en bebés son comunes y no dejan de ser una forma más que tiene el pequeño para comunicarse. En este caso, quieren transmitir enfado, incomodidad y frustración, pero no tienen la capacidad de expresarse de forma controlada y no violenta.

Hay muchos motivos por lo que tu pequeño puede estar mostrándose irascible, teniendo berrinches o incluso teniendo conductas violentas. La fuente no siempre es la misma y hay que trata de comprender la situación y el punto de vista del pequeño para saber cómo tratar estos comportamientos y ponerles fin.

Berrinches en bebés al empezar la guardería

Un motivo común es que esté habiendo una mala adaptación a la guarderíal. Por mucho que nos esforcemos en elegir una escuela infantil perfecta para nuestro peque, todos los cambios que se producen, como los madrugones, separarse de mamá y papá, compartir los juguetes durante varias horas, comer cosas distintas a casa, etc., pueden no sentarle demasiado bien a tu bebé. En estos casos, contar con doudous o muñecos de apego, puede ser muy útil.

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Otra razón por la que son comunes las rabietas en bebés es que a estas edades les cuesta entender el concepto de compartir. Compartir la atención de los adultos, o los juguetes, tener que «negociar» con los compañeros, son experiencias nuevas y no siempre las llevan de la mejor manera.

Los niños tienen que aprender a socializarse poco a poco y cada uno tiene su ritmo. Si normalmente está sólo con adultos y de pronto se encuentra con muchos niños a la vez, puede que le cueste aprender a relacionarse.  Y conductas que en casa se han visto normales o no han tenido importancia, ahora se le recriminan continuamente y no lo entiende: no pegues, ahora no puedes hablar, espera tu turno, ahora no toca comer… haciendo que el niño pierda la paciencia.

En sus primeras edades les cuesta entender el concepto de compartir.

Rabietas en bebés que ya conocen la escuela

Si nuestro hijo ya iba a la escuela infantil y el mal comportamiento es algo nuevo de este año, debemos explorar otras opciones. Los cambios en el profesorado o en los compañeros a los que está acostumbrado pueden suponer una decepción o causa de reticencia.

Es posible que los cambios se estén produciendo en casa. Si recientemente ha llegado un nuevo bebé a casa, los celos entre hermanos son muy habituales y una de las principales causas de rabitas en bebés y berrinches.  El estrés de los adultos afecta también a los más pequeños de la casa. Aunque no puedan entenderlo, lo perciben. Si los padres estén pasando un mal momento, alguien ha caído enfermo o fallecido recientemente, ha habido mudanzas, etc., no es raro que el niño exprese su malestar de esta manera.

Otras razones por las que se producen berrinches

Los niños también actúan por imitación. En estos casos, el papel de los hermanos es tan importante como el de los padres y otros familiares. Si tiene un hermano mayor o primos que consiguen lo que quieren a base de echarse al suelo y gritar como poseídos, es natural que tu bebé lo intenté también.

Es posible que su comportamiento no haya cambiado y simplemente en casa nunca os haya parecido que fuera algo tan grave. Sin embargo, sois conscientes de que no es lo mismo que os pegue o se enfade con vosotros que con otro niño. También varía mucho si lo hace con 11 meses que con 24.

Si las rabietas y berrinches se producen muy a menudo y por motivos muy variados, deberíais acudir al pediatra y descartar posibles causas médicas. El dolor causado por la dentición, problemas de vista, oído u otros enfermedades, pueden hacer que el niño reaccione con agresividad para descargar la frustración causada por una molestia o dolor constante que no sabe expresar.

Cómo solucionar las rabietas en bebés

Aquí entran a escena los distintos estilos de crianza parental. Una crianza respetuosa y una disciplina positiva suelen obtener los mejores resultados en casos de rabietas en bebés y conductas agresivas en niños.

Empecemos por predicar con el ejemplo. Si vemos que en el parque pega o muerde a otro niño y le reprendemos con gritos o malas formas, ¿no es un poco contradictorio?

Debemos corregir su conducta con seriedad, pero con calma e intentar que se disculpe cuando tenga estos comportamientos. Debe aprender que después de actuar erróneamente no podrá conseguir lo que quiere. Pero cuando por fin actúe correctamente debemos alabar su comportamiento.

Si queremos corregir estos comportamientos indebidos hay que predicar con el ejemplo.

Es muy positivo intentar que exprese lo que siente y qué lo ha producido. Así veremos qué o quién ha provocado esa reacción para saber cómo proceder. Es importante explicarles (siempre a su nivel) que no pasa nada por enfadarse, pero que hay otras soluciones que no implican agredir a otro, como pedir ayuda a un adulto. Hay que ofrecerles opciones a su conducta.

Por ejemplo: ¿Te ha enfadado que no quieran jugar contigo? Esto sucede algunas veces, no pasa nada, yo también me enfado, pero luego se me pasa. En un ratito te sentirás mejor. ¿Te parece que nos acerquemos a esos otros para jugar?

De esta manera empezamos a enseñarles educación emocional y búsqueda de soluciones. Es bueno que vean que las emociones son normales y van cambiando.

Por nuestra parte lo más importante será mantener la paciencia y ser perseverantes. No servirá de nada permitir los comportamientos disruptivos unos días sí y otros no, por lo que la constancia y ser consecuente son también, elementos claves para acabar con las rabietas en bebés.

¿Tienes algunos otros consejos para llevar estas épocas difíciles de los bebés? ¡Cuéntanoslos!

Fuentes:

Ana Saro, psicóloga en Bliss Psicología

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Publicado el 10 Feb, 2023

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