Independientemente de que alimentes a tu bebé con lactancia materna o artificial, llegará el momento en que tengas que introducir la alimentación complementaria.
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Cuándo introducir la alimentación complementaria
Seguro que has escuchado mil veces que la complementaria se introduce a los seis meses. Se fecha así porque es la edad a la que, más o menos, ocurren una serie de hitos que te indicarán que tu bebé está preparado. Pero no es una fecha exacta, ni quiere decir que en cuanto cumpla los seis meses ya le pongas la cuchara en la mano.
Señales de que tu bebé está preparado para la alimentación complementaria
Las señales de que tu bebé está preparado son las siguientes:
- Se mantiene sentado.
- Muestra interés por la comida.
- Tiene coordinación ojo-mano y mano-boca.
- No empuja la comida con la lengua hacia afuera cuando se le mete en la boca.
Riesgos de adelantar la alimentación complementaria
En la actualidad, se recomienda no introducir la complementaria hasta que el bebé muestre las habilidades señaladas con anterioridad. Es importante ser consciente de ello porque la introducción temprana puede conllevar ciertos riesgos.
- El sistema digestivo es inmaduro y no está preparado para digerir nada que no sea leche.
- Lo mismo ocurre con los riñones, que pueden verse sobrecargados.
- El riesgo de atragantamiento es elevado.
- Puede acarrear problemas de regulación del apetito.
Minimizar alergias
Hasta no hace mucho se creía que postergar en lo posible la introducción de ciertos alimentos podía minimizar las alergias. En la actualidad, el criterio es diferente y se aboga por ofrecerle al bebé todo tipo de alimentos -si ya está preparado para ellos-.
Las excepciones son: frutos secos; alimentos procesados (por la cantidad de azúcar y sal); dulces y leche de vaca.
¿Conocías estos riesgos?