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Consejos de alimentación para niños entre 0 y 2 años

alimentación niños

Lo que comen nuestros hijos es un tema de especial importancia para padres y madres. Por ese motivo hoy contamos con los consejos de alimentación y recomendaciones de Aitor Sánchez García, Dietista-Nutricionista y autor del blog Mi dieta cojea. Todo un experto para darnos algunas pinceladas sobre cómo iniciar a nuestros hijos en una dieta saludable.

La lactancia materna es el pilar

El pecho es el mejor alimento que puede tomar el niño. ¿Cuánta cantidad? Cuanto más mejor. La rutina de amamantar únicamente seis meses en una pauta occidentalizada. Se debe a la puesta en valor de la jornada o vida laboral frente a la salud familiar y del bebé. Por tanto, hay que hacer hincapié en que cuanto más prolongado sea el periodo en el que un niño tome la leche de su madre, menos probabilidades de caer enfermo tendrá, y gozará además de mejor salud durante toda su vida. Es el mejor regalo que se les puede hacer durante muchos meses.

No te obsesiones por el apetito ni obligues a comer

Durante los primeros años de vida el apetito de los niños es muy variable, definido por la American Academy of Pediatrics como “errático e impredecible”.

Alrededor de los dos años es común que el apetito de los niños se reduzca parcialmente por el estancamiento de su crecimiento. Todo esto hace que predisponer e inculcar a fuego una pauta horaria no sea lo recomendable en esta edad. Hay que tener en cuenta que el comer cada ciertas horas es más una guía flexible para madres y padres, no debe ser entendida como una alarma de tomas que hay que cumplir a rajatabla.

La mejor manera es que el niño coma acorde a su apetito siempre y cuando lo que le rodee sean alimentos saludables. Si no quieren comer en algún momento no pasa nada, ya comerán más en la siguiente ingesta o día. Solo hay que preocuparse si este comportamiento es mantenido.

Olvida las calorías en esta edad

Las necesidades energéticas de los niños desde su nacimiento y hasta los dos años es uno de los aspectos más variables que hay en nutrición infantil. Las necesidades son tan variables, que no tiene sentido marcar una cifra; y por supuesto menos sentido tiene que sea esa cifra.

Que sea el apetito el que marque la cantidad que debe consumir el bebé. Además, es realmente difícil estimar qué cantidad está consumiendo el bebé debido a la complejidad de conocer el volumen de las tomas, la densidad de la leche, … en fin, como no es prioritario, es mejor no obsesionarnos con cosas que no podemos conocer.

No predispongas ni maleduques su paladar

La comida que se vende preparada para los niños es una opción mediocre. Desgraciadamente se usan materias primas de mala calidad (almidones, harinas, grasas menos cardiosaludables, azúcares… ) que, además, se suman a la adición de ciertos compuestos que enmascaran el sabor, especialmente azúcar y sal. Esto acostumbra a sabores muy intensos y dificulta la posterior introducción de comida convencional en el niño.

Preparar la comida para el bebé en casa es una opción no solo saludable, también educativa. Al fin y al cabo va a terminar comiendo lo que se prepare en casa, ¿no? Introduzcámoslo en rutina y acostumbrémoslo a los sabores de verdad.

No compares con otros bebés

Las fases de desarrollo son muy diferentes entre bebés. De manera que no tiene sentido compararse con algunos ejemplos del entorno inmediato en aspectos como: ¿Cuándo introduzco sólidos? ¿Cuándo/cuánto le doy de comer? ¿Cuándo inicio la alimentación complementaria?

Cada bebé tiene un desarrollo personalizado y es el pediatra la persona que mejor te puede guiar en este aspecto. No acudas a otra familia ni al pediatra de otro bebé sin haber visto al tuyo.

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Alimentos sólidos progresivamente y por él mismo

La corriente del Baby Led Weaning o alimentación autoregulada cada vez tiene más respaldo científico y se extiende más en la práctica clínica.  Es un método de introducción de la alimentación complementaria. En él, es el niño el que regula la introducción de alimentos sin recurrir a los purés. De esta manera se involucra más al niño en la alimentación siendo un comedor activo, y no solo un sujeto que abre y cierra la boca.

Si se decide usar esta técnica en lugar de los preparados típicos de bebés, solo hay que tener en cuenta que sean alimentos de fácil masticación, minimizar alimentos que puedan causar atragantamiento, seguir combinándolo con el pecho/biberón y dejarse aconsejar adecuadamente por el pediatra.

Da ejemplo, sé coherente

Las madres y padres deben dar ejemplo. Este aspecto es extensible a todas las facetas de la vida saludable. Actividad física, alimentación, tabaquismo y consumo de sustancias, abuso de medicamentos, … Todo esto queda grabado en los chavales y predispone de manera inconsciente en su futuro. Los hábitos saludables son “contagiosos” para bien o para mal, y transmisibles generación tras generación.

Como último consejo, me gustaría recomendar a dos grandes profesionales de esta área que explican todos estos aspectos de una manera magistral: Carlos González (Pediatra) y Julio Basulto (Dietista-Nutricionista).

Publicado el 17 May, 2016

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