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Tiempo de calidad, ¿un mito?

Horarios laborales eternos, obligaciones improrrogables, prisas, hijos… parece un rompecabezas de difícil encaje. En gran medida lo es. El perfeccionismo al que nos sometemos las madres y padres casi sin pensarlo acaba por convertirse en un verdugo autoimpuesto. Desde la ventanita de la pantalla de nuestro móvil observamos otras vidas. Las de quienes hacen manualidades -o DIY (Do It Yourself)- con sus hijos; quienes no compran el disfraz de carnaval -ni el de Halloween, ni el de Navidad- sino que lo hacen; las de aquellos que llegan todas las noches a leer el cuento… y nos agobiamos, nos sentimos mal y nos consolamos pensando en el tiempo de calidad. Pero, ¿existe el tiempo de calidad o es un mito?

Tiempo de calidad

La teoría dice que no importa que el tiempo que pasemos con nuestros hijos e hijas sea poco, lo importante es que sea tiempo de calidad, en el que les dediquemos toda nuestra atención, sin móviles que nos desconecten de ellos y ellas para conectarnos con lugares lejanos. Tiempo en el que juguemos, leamos, riamos y sintamos juntos. La teoría es bonita. Pero, ¿es esto posible en la hora u hora y media escasa que compartimos?

Tiempo

Hablamos de tiempo de calidad para apaciguar la conciencia de que lo que nos falta es tiempo. Tiempo a secas.  Y es que cada vez son más las voces que discrepan sobre esta visión del llamado tiempo de calidad; y no les faltan argumentos para hacerlo.

Algunos parten de la crítica hacia un sistema en el que la conciliación, aunque se vayan dando pequeños pasos, es algo prácticamente inexistente. No facilita, por tanto, el poder estar con los hijos e hijas, mucho menos poder aprovechar para hacerlo «de calidad» cuando se está al fin en casa.

Otros ponen de manifiesto el hecho de que los niños y niñas aprenden por imitación, algo que difícilmente podrán hacer si no pasan tiempo con sus padres.

Por último, no olvidemos que «el roce hace el cariño» y para eso es necesario estar.

Sin culpas

En ocasiones es necesario atender a las obligaciones, en esos momentos ¡relativicemos! Nadie va a acabar traumatizado por ello, no es necesario pasar todo el tiempo juntos inmersos en actividades. Como padres y madres, como adultos y adultas, no tratamos de alcanzar un ideal de perfección, no sería sano hacerlo, y los peques tampoco lo pretenden.

De hecho, cada vez hay más voces a favor de dejar que el aburrimiento forme parte de nuestras vidas y están más de moda las técnicas para focalizar la atención .

Y tú, ¿qué opinas: tiempo de calidad o tiempo a secas?

Publicado el 21 Feb, 2017

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