Glosario

La lactancia desde el respeto y el cariño

Por Mamá (contra) corriente

Cuando,  estando embarazada, empecé a leer e informarme sobre la lactancia materna, nunca pensé que pudiera existir un debate y, mucho menos, una gran polémica sobre qué opción era mejor. Me parecía evidente que la lactancia materna era el alimento que la mamá humana fabrica para su bebé humano y, por tanto, las leches artificiales tenían su razón de ser en tanto en cuanto ésta no fuera posible.

El inicio de la lactancia materna

Sin embargo, pocos días después de haber nacido mi hijo hice dos descubrimientos con los que no contaba. Primero, que la lactancia materna no siempre es llegar y enchufar y, segundo, que tanto en la calle como en la vida 2.0 todo el mundo se permite opinar, a veces con muy mala uva, sobre si lo que haces está bien, mal o regular.

Pensaba, inocentemente, que si una mamá había intentado dar el pecho y la lactancia había fracasado, la situación no era como para que cualquiera que pasara por la calle opinara sobre lo desastroso de esa opción sino para que, en todo caso, se sintiera un mínimo de empatía y comprensión. Nunca pensé que hasta en la misma farmacia donde vendían todo tipo de leches de fórmula y biberones último modelo se permitirían hacerme comentarios totalmente fuera de lugar sobre la poca conveniencia de la lactancia artificial.

Curiosamente, me bastaba encender el ordenador para comprobar el gran número de mujeres que contaban la experiencia contraria: mamás invitadas a lactar a sus hijos en el cuarto de baño de un bar (o en la misma calle),  interrogadas una y otra vez sobre cuándo pensaban abandonar la lactancia materna, poniendo en duda su capacidad para decidir qué es lo mejor para sus bebés…

Lactancia desde el respeto

Entonces, ¿qué pasa?. La gente siempre tendrá algo que decir y muchas veces será de mal gusto, inoportuno, injusto y poco ajustado a la verdad. Así que, si queremos sobrevivir, hay que ponerse el chubasquero desde el minuto uno. De vez en cuando el chubasquero calará porque para cualquier mamá es duro sobrellevar los comentarios malintencionados acerca de cómo cuidamos a nuestros hijos, pero si nuestras opciones ha sido tomadas con responsabilidad, desde la información veraz y el convencimiento de que es lo mejor para la circunstancia concreta, es posible que nos afecte poco.

A día de hoy, la polémica sobre la lactancia materna o artificial es la que menos me afecta de todos los temas controvertidos sobre los que se puede debatir entorno a la crianza. No me considero una abanderada del biberón pero tampoco puedo hablar mal de algo que a nosotros nos ha ido muy bien; no me siento una defensora a ultranza de la lactancia materna porque sus bondades me parecen de perogrullo y, en cambio, no comparto algunas estrategias con las que a veces se promociona. Lo que sí creo firmemente es que la maternidad es amor y, por eso, todas las mamás merecen mi respeto y cariño. Como alimenten a sus hijos, para mi, es lo de menos.

Publicado el 04 Oct, 2011

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