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La vacunación es la acción preventiva más importante en salud infantil

Recuerdo que tenía entonces 5 años. Estaba en mi clase, rodeada de todas mis compañeras, con el alboroto propio de la edad y que en esos momentos retumbaba en mi cabeza. La luz me molestaba y no sé por qué pero la estancia estaba teñida de rojo. La fiebre empezaba a subir y la señorita avisó a mis padres. “Me rescataron” de aquel entorno cotidiano y ya no recuerdo más. Salvo que después la vida continuó como si nada.

Los tiempos cambian

Esa escena es el recuerdo que tengo de mi sarampión.  Lo recuerdo en rojo, como si fuera un sueño, no sé si porque me pusieron una luz roja en la habitación, por el color del exantema, por la fantasía infantil o porque está contaminado por mi formación posterior.

Esto ocurría en el año 1979, justamente unos meses después de que se iniciara la vacunación sistemática de la enfermedad a los niños de 9 meses en nuestro país. Entonces, la incidencia de la enfermedad era de unos 150.000 casos al año. Y aunque es cierto que en la mayoría de los casos, el curso era benigno (como fue el mío), es una enfermedad con un gran número de complicaciones y que causa una elevada mortalidad en el mundo.

En el año 1981 la vacuna administrada a los niños pasó a ser la triple vírica (sarampión-parotiditis-rubeola) a los 15 meses. Y un poco más tarde, en el año 1988, se instauró una segunda dosis de triple vírica a los 11 años que fue a sustituir a la vacuna de la rubeola que se administraba exclusivamente a las niñas prepuberales.

En todo este tiempo de introducción de la vacuna, continuó habiendo casos. Incluso hubo dos epidemias importantes en los años 83 y 86. Pero posteriormente, el hecho de que la mayoría de los niños estuvieran inmunizados, hizo que el sarampión fuera una enfermedad anecdótica a finales del siglo XX.

Tan anecdótica que es una enfermedad que no vi en todo mi periodo formativo en un gran hospital, y que pensé que quizá nunca llegaría a ver. Me equivoqué radicalmente.

Aumento de niños no vacunados

El aumento de los niños no vacunados en estos últimos años ha hecho revivir una enfermedad que estaba casi olvidada en nuestro medio. En Europa se han detectado más de 30000 casos en el año 2011.  24 de los 29 países de la Unión Europea han tenido más casos en 2011 que en 2010. Más del 90% de los casos han sido reportados por 5 países: Francia, Italia, Rumanía, España y Alemania. Tristes cifras que no creo que vayan a mejorar a corto plazo.

Siempre ha habido personas que no han vacunado a sus hijos. No es un fenómeno nuevo pero sí creciente. Es un asunto que de alguna manera “ha salido del armario”. Pues si bien antiguamente la mayoría lo mantenían en secreto, a día de hoy en determinados medios puede ser casi un orgullo “social”, está de moda. En este tema, creo que internet ha hecho bastante daño. Y asuntos escabrosos como la publicación del señor Wakefield sobre el autismo (uno de los mayores fraudes a la comunidad científica) no hicieron más que dar aliento a esas primeras voces que creen que hacen lo mejor para sus hijos.

La vacunación es la acción preventiva más importante en salud infantil. Y a día de hoy, enfermar e incluso morir (o dejar enfermar a nuestro hijo), por una enfermedad prevenible por vacunación, me parece de lo más absurdo.

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Amalia Arce

Pediatra y autora del blog Diario de una mamá pediatra

Publicado el 13 Mar, 2012

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