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Prolapso: un problema posible tras el embarazo, pero evitable

El embarazo supone un antes y un después en la vida de una mujer en muchos sentidos. Insistimos mucho en la necesidad del cuidado del suelo pélvico durante la gestación, y es que los músculos del periné son los grandes afectados de la ganancia de peso y los cambios hormonales. De no hacerlo podría llegar un prolapso.

¿Qué es un prolapso?

La musculatura del suelo pélvico es la encargada de sostener órganos tan importantes como la vejiga, la vagina, el útero o el recto. Un prolapso es un descenso de uno o varios de estos órganos. Se da como consecuencia de la debilidad de los músculos encargados de la sujeción de los mismos, es decir, del periné. El prolapso o descenso hacia el exterior puede aparecer a través de la vagina o bien a través del ano.

Hay cuatro grados de prolapso: los grado uno y dos (leve y moderado) se deben tratar con fisioterapia y algunos cambios en nuestros hábitos. Los grados tres y cuatro (grave y total) suelen requerir cirugía.

 ¿Cuáles son las causas más habituales de un prolapso?

  • Embarazo sin cuidados del suelo pélvico.
  • Embarazos múltiples.
  • Parto vaginal instrumental o traumático.
  • Practicar deportes de impacto sin un cuidado adecuado de la zona perineal.
  • Cambios hormonales que implican un descenso del nivel de estrógenos, como ocurre en la menopausia.

Como veis el cuidado del suelo pélvico durante nuestros embarazos determinará nuestra salud pélvica en un futuro. Los prolapsos no tienen por qué darse de modo inmediato sino que se pueden presentar años después.

Si notas presión en la zona de la vagina, molestias en la zona lumbar, sensación de bulto o incontinencia urinaria no dudes en consultar con tu médico. Un diagnóstico precoz facilitará un tratamiento rápido y efectivo.

No lo olvides, si estás embarazada, ¡cuida tu suelo pélvico!

Publicado el 16 Feb, 2016

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