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La normalidad en el postparto, entrevista a la psicóloga Mamen Jiménez

Todos coincidimos en que el postparto es una etapa importante y delicada dentro de la vida de una mujer. Un momento que a veces se descuida o al que no se da la debida importancia. Normalidad, tristeza o incluso depresión son términos que rondan pero que muchas veces se esconden y la mujer merece saber lo que supone el puerperio y las herramientas que tiene a su alcance para lograr que sea una fase llevadera.

Hoy entrevistamos a Mamen Jiménez, psicóloga y también madre, para saber más sobre qué es un postparto normal, qué señales nos deben alertar de que las cosas no van del todo bien y, como no, hablar de la depresión postparto.

¿Qué puede esperar la mujer del postparto?

Solemos referirnos a él como “la cuarentena” por motivos puramente físicos, ya que, en general, es el tiempo que tarda el cuerpo en recuperarse tras el parto. Pero lo cierto es que a menudo encontramos mujeres para las que han sido muchos más de cuarenta días, y no precisamente por cuestiones fisiológicas.

Acabas de dar a luz y tanto a nivel físico como emocional y puramente logístico todo ha cambiado. Llegas a casa con un bebé que requiere cuidados todo el tiempo, estás cansada y las hormonas están en plena efervescencia. El amor (mucho) y el agotamiento (mucho también) se dan la mano en esta etapa. Cómo lo gestionemos y cómo lo afrontemos (nosotras a nivel individual, con nuestra pareja y con nuestro entorno) marcará la diferencia.

¿Cuál sería tu recomendación con respecto a la información desde el propio embarazo?

La información, en su justa medida y cuando es fidedigna, siempre es positiva ya que nos ayuda a ajustar las expectativas. Una de las principales causas de malestar es el choque entre “lo que pensábamos que sería” y “lo que es”, de manera que tener información veraz acerca de qué podemos esperar nos ayudará a que ese impacto sea menor y nos dotará de herramientas para afrontarlo con éxito.

Rompamos el mito de la superwoman, ¿cuál debería ser la preocupación principal de una mujer en su postparto?

Obviamente cuidar de su bebé, pero también de ella misma, que quizá es la gran asignatura pendiente. Nos enfrentamos a una situación nueva, con muchas cargas, un cambio en los roles, cansancio… Si no nos cuidamos la experiencia puede ser vivida como muy negativa. Conviene aprender a priorizar y no pretender “poder con todo”.       No tiene sentido “machacarnos” y exigirnos más de lo que podemos abarcar.

¿Qué situaciones o sentimientos no entrarían dentro de cierta “normalidad”? ¿Ante cuáles debería de alarmarse?

Es importante establecer diferencias: una cosa es la “tristeza postparto”, el agobio y el “cansancio total”; y otra, más complicada, es cuando verdaderamente nos encontramos mal y no nos sentimos capaces de hacer frente a la situación. El sentirnos desbordadas puede ser habitual, pero si no nos supera, si hay momentos en los que sí que nos sentimos bien, si nos vemos capaces de hacerle frente, no debemos preocuparnos; este “pico” con el tiempo, el apoyo y el autocuidado pasará: es decir, no debemos preocuparnos pero sí ocuparnos.

¿Qué pasa cuando se complica? ¿Cuáles pueden ser los signos de alarma?

El cuadro de depresión postparto es, como todos, complejo y varía de una mujer a otra, pero entre los síntomas podemos encontrar:

  • Pérdida de placer: lo que antes nos gustaba ahora ya no nos proporciona satisfacción.
  • Aumento excesivo o disminución significativa de la ingesta de alimentos con respecto al patrón habitual de la mujer.
  • Sentirse nerviosa la mayor parte del tiempo.
  • Tener miedo de estar sola con el bebé.
  • Dificultad para conciliar el sueño y/o dormir (dentro de lo que las demandas del bebé permite, claro) o todo lo contrario, dormir en exceso.
  • No tener interés por el bebé, los amigos, la pareja, la familia, es decir, aislamiento social.
  • Pensar en hacerse daño a sí misma o al bebé.
  • Sentimiento de culpa excesivo.
  • Sensación de tener “pensamientos muy rápidos”.
  • Cambios en el estado de ánimo: sentirse muy mal o muy muy enfadada.
  • Tristeza y llanto incontrolables.
  • Preocupación excesiva por no ser “una buena madre para el bebé”.

Si tienes dudas o el malestar es significativo no pasa nada por acudir a un profesional: en muchos casos la depresión postparto se aborda de manera exitosa con Terapia Psicológica (Cognitivo-conductual), que tiene además la ventaja de no interferir con la lactancia. Sin embargo hay ocasiones y casos en los que sí que es necesaria la medicación, para lo cual debemos acudir a un Psiquiatra (en la Seguridad Social, por ejemplo, el paso es solicitar a tu médico de cabecera la derivación a Salud Mental).

Con respecto al entorno (pareja, familia, amigos), ¿qué podemos pedirles?

Apoyo, ayuda… lo que necesitemos. Podemos pedir que nos ayuden con los cuidados del bebé, cobertura para poder descansar un rato (o directamente dormir), que se hagan cargo de las tareas domésticas, también podemos pedir que nos escuchen, que nos acompañen… Pero para eso hay que formular demandas claras, expresar nuestras necesidades de un modo explícito y no esperar a que “las adivinen” o a que “ellos sepan lo que tienen que hacer porque es lo lógico”. Sólo tú sabes lo que necesitas en cada momento, y la mejor manera de conseguirlo es pidiéndolo, no pasa nada, no significa que los demás te quieran menos por no anticiparse a tus necesidades.

¿Cómo establecemos límites a los consejos no pedidos?

Hay dos aspectos a tener en cuenta: qué nos dicen y cómo dejamos que nos afecte eso que nos dicen. Si bien es cierto que hay formas de “rechazar” opiniones no pedidas, y que es conveniente en caso de que nos sintamos mal al respecto, la realidad es que no tenemos control sobre la conducta de los demás, y esperar que nadie nos diga nada es poco realista. Sobre lo que sí tenemos control es precisamente sobre la segunda parte, sobre cómo nos tomamos y cómo nos afectan esos comentarios. Ponerlos en cuarentena, no verlos como algo personal (incluso si vienen de alguien a quien queremos) y aprender a “pasar un poco” de ellos son claves para sobrevivir a la oleada de comentarios que recibiremos.

La pareja. ¿Cuál es su papel en el postparto? ¿Son el soporte principal para la madre en esos primeros momentos?

Su papel es el de “parte del equipo”, y obviamente es soporte para la madre, igual que nosotras somos soporte para ellos. La situación ha cambiado para los dos, de manera diferente por motivos evidentes, pero la cuestión es que ha cambiado. Ser equipo y apoyarnos mutuamente es absolutamente fundamental en esta etapa.

¿Cómo encontramos nuestra tribu? ¿En quién podemos apoyarnos?

De manera quizá no intencional esto de “hacer tribu” se va dando progresivamente: es más frecuente quedar con otras parejas que también tienen hijos, pedimos ayuda a los abuelos para que nos den cobertura… Una de las cosas que más acusan las parejas actualmente es precisamente la soledad con la que tienen que afrontar la paternidad, lo cual la hace más complicada tanto a nivel emocional como puramente logístico. La “tribu”, la pandi, o como queramos llamarlo, no deja de ser un apoyo que realmente necesitamos las parejas en estos momentos y que correlaciona con un mejor afrontamiento.

Si solo pudieras dar una recomendación, la más importante, ¿cuál sería?

Voy a hacer un poco de trampa y voy a dar dos…

  1. Hay algo que siempre les digo a mis pacientes en consulta: ¿Cómo le demuestras a tu hijo/a que le quieres? Procurando que no le falte nada, diciéndole que le quieres, cuidándole, dándole cariño… Entonces, ¿por qué se nos olvida hacer esto con nosotras mismas? Para afrontar la maternidad necesitamos estar bien, y para estar bien debemos cuidarnos, dedicarnos un tiempito. Somos madres, claro, y eso es enorme y brutal, pero también somos personas, somos mujeres, somos amigas, somos fans de cosas… y eso no puede perderse porque si no nosotras también nos perderemos. Además, si queremos que nuestros hijos sean autónomos, que tengan una buena autoestima y sean felices, quizá el primer paso sea dar ejemplo, ¿no os parece?
  2. Si tienes depresión postparto es fundamental que entiendas que NO ES CULPA TUYA, no sirve de nada fustigarse ni sentirse culpable por estar mal. De lo que sí eres responsable es de tomar medidas y pedir ayuda. ¡Mucho ánimo y a por ello!

Mamen Jiménez

Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Pareja

www.blisspsicologia.com

Twitter: @blisspsicologia, @lapsicomami

Publicado el 15 Mar, 2017