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Depresión postparto: la importancia de un diagnóstico precoz

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Cuando hablamos de las alteraciones después del nacimiento salen a relucir los problemas de lactancia, el suelo pélvico, diástasis, pero poco se habla acerca de la enfermedad más frecuente en el postparto: la depresión postparto, que afecta a 1 de cada 8 mujeres.

Los trastornos afectivos más habituales en el postparto

  1. Baby-Blues. Se trata de un proceso autolimitado, que tiene su origen en los cambios hormonales y en la falta de sueño o cansancio materno. No suele ir más allá de las dos semanas postparto. Lo más característico es la labilidad emocional, a ratos se ríe otros ratos llora; aunque puede aparecer también irritabilidad.
  2. Psicosis puerperal. Es un proceso muy grave, y afortunadamente no muy frecuente 1-2 casos cada 1000 mujeres. Caracterizada por la pérdida del sentido de la realidad, alucinaciones, alteraciones del contenido del pensamiento y alteraciones graves del comportamiento.
  3. Depresión postparto. Es una alteración psico-afectiva que puede llegar a extenderse durante todo el primer año de vida, y si no se trata puede llegar a cronificarse.
  4. TOC (trastorno-obsesivo compulsivo). Puede iniciarse durante la gestación o bien que la mujer ya ha sido diagnosticada antes del embarazo, y su tratamiento no es sólo psicológico, sino que necesitan también medicación. En este caso el foco de las obsesiones está a menudo centrado en el temor de dañar deliberadamente al recién nacido, o de alguna manera ser responsable de daños accidentales.
  5. Síndrome de estrés postraumático. En la DSM-IV se acepta que cualquier parto en el que haya habido una amenaza de muerte o graves secuelas físicas para madre y/o bebé y donde la madre haya vivido la amenaza con miedo extremo, indefensión u horror puede desencadenar un trastorno de estrés postraumático.

En el caso de la depresión postparto, alteración que demasiadas mujeres padecen, hay algunos estudios que indican que el riesgo aumenta en gran medida tres meses tras el parto, sin embargo su gravedad puede verse aumentada en el retraso del diagnóstico. Los causantes de esta amenaza contra la salud mental y física de la mujer pueden ser también la vergüenza y la culpa que sienten las madres. No reconocen que tienen un problema y en consecuencia no piden ayuda.

Señales más habituales de la depresión postparto

La depresión posparto se caracteriza por llanto, abatimiento, labilidad emocional, sentimiento de culpa, trastornos alimentarios por exceso o por defecto, problemas de sueño (insomnio o hipersomnia) y sentimientos de incapacidad de hacer frente a las necesidades del hijo(a), problemas de memoria, fatiga e irritabilidad; un cansacio extremo, que no se relaciona con algo físico como una posible anemia o problemas de tiroides. Algunas mujeres pueden preocuparse de forma excesiva por la salud del hijo o verse a sí mismas como malas madres. Todo esto mantenido en el tiempo.

En Enfermería Comunitaria se hace mucho hincapié en la prevención primaria, que no es otra que la aplicación de todas las medidas necesarias a las  personas sanas, en este caso embarazadas, dirigidas a evitar la adquisición de la enfermedad, la depresión postparto, actuando sobre los agentes causantes y los factores de riesgo.

Buscando el riesgo

Así que nosotras las matronas en consulta tenemos la gran labor de hacer un screening a toda mujer embarazada en busca de factores de riesgo, que nos puedan hacer sospechar que pueda llegar a padecer o que padezca una depresión incipiente en el embarazo o desarrollarla en el postparto.

Como mujer, madre y matrona hablo siempre de la Maternidad Real. Las redes sociales y la comunicación tienen mucho de positivo, pero también pueden ser peligrosas ya que podemos caer en la trampa de que contribuyan a la negación de la maternidad: el hecho de vender recetas para tener un cuerpo 10 después del embarazo, fotos de famosas fantásticas con sus bebés de revista posando en las redes, hacen que nosotras también queramos vivir esa realidad irreal.

Muchas mujeres tienen grandes expectativas acerca de lo que es el embarazo y el parto, y a veces no es real o no se cumple. El idealizar una situación, como por ejemplo el parto y no estar abierta a posibles complicaciones, puede llevarnos a tener una vivencia negativa del proceso y despertar sentimientos negativos, de frustración o fracaso. Precursores de una posible depresión.

Algunos factores que nos alertan de una posible depresión postparto

  • Mujeres autoexigentes y perfeccionistas. No se permiten fallos y desean tenerlo todo bajo control. Planifican hasta el más mínimo detalle por el miedo a cometer errores.
  • Mujeres autocríticas. Suelen ser mujeres tremendamente duras consigo mismas, sin una pizca de compasión acerca de su proceso.
  • Futuras mamás solas. Biológicamente no estamos preparadas para criar a nuestros hijos solas, somos mamíferas y estamos diseñadas para hacerlo en la manada. Compartiendo experiencias, viendo y aprendiendo a ser madres mediante la observación. La soledad y la lejanía de las familias o  de un círculo de otras madres supone un factor de riesgo importante.
  • Antecedentes de depresión o de alteraciones del estado de ánimo.
  • Complicaciones gestacionales. Lo que conlleva estrés, que a su vez se ha visto como desencadenante del estado depresivo si es mantenido en el tiempo.
  • Embarazo no deseado. Si la mujer sigue adelante la aceptación supone en sí un trabajo psicológica importante.
  • Ser víctima de violencia de género.

Es importante hablar con franqueza de lo que supone ser madre, desde que la mujer está embarazada, en las clases de preparación al parto, en las consultas. Y una vez que el bebé ha nacido, es básico diagnosticar de manera precoz y estar atenta a las señales. Nunca llegará una recién estrenada madre diciendo “vengo a verte porque creo que tengo una depresión”. De hecho a nuestra consulta suelen llegar a pediar ayuda parejas o familiares, cuando el caso ya es grave.

Las consecuencias de una depresión postparto no diagnosticada a tiempo, que se ha cronificado son devastadoras para la madre, para su interacción con el bebé, para la lactancia materna, para el desarrollo normal del bebé, para la pareja y para la familia. En ocasiones el desenlace puede ser.

De la depresión postparto se sale, a veces con terapia, otras veces también se precisa medicación; pero se supera. Contar con apoyo, con una tribu de personas que como ella pasan por situaciones similares, o simplemente contar con un entorno donde poder expresarse sin sentirse prejuzgada ayuda notablemente en la recuperación.

 

Sara Cañamero

Matrona y enfermera pediátrica

Directora de MaterNatal

Publicado el 27 Jun, 2017